sábado, 7 de noviembre de 2009

ÁNGEL HUMANO


Fue recibido en un mundo encubierto por
seres con alas fingidas y vuelo ilusorio.
Fue un cigoto de cópula humana.
Fue gestado en un tubo de ensayo con
forma de huevo en un árbol ficticio.
Lo alimentaron con miel de piruetas y
lácteos de sueños.
Fue sometido al meneo de los vientos y
al trino continuo de todas las aves.
Nació cuando él mismo rompió el
cascarón desde adentro.
No sospechó del apócrifo aviario.
Llegado el momento quisieron saber si
al sentirse más ave que humano tendría
los arrestos de lanzarse al aire.
Miles de cámaras listas, la prensa mundial,
la Internet. Todo un planeta expectante a
su salto a una muerte segura.
Primero asomó su cabeza,
escaló el borde del nido,
extendió sus brazos,
trinó dulcemente y se lanzó al vacío.
Su cuerpo jamás fue encontrado.
Jamás llegó al suelo.
Ese día los suicidios contaron millones.
Se arrojaban con fe hacia las nubes.
Se lanzaban con toda intención de
volar como el ángel humano.
Como el ave de brazos y
piernas que escapó del mundo.