miércoles, 10 de marzo de 2010

HIELERO


En tu epitafio no habrá una inscripción como esta:
Aquí yace un hombre que deshizo un iceberg con
sus propias manos
”.
No acudirá a tu sepelio el verano. No habrá un
aguahielo mortuorio que deshaga en gotas
el honor del frío.
Cuando mueras dirán simplemente que ha muerto
El Hielero.
¿A quién jijos de la rechingada le puede importar que
vendiste un glacial en pedazos?
A mí, a mí y a estos versos nos importa tanto que
estamos aquí mendingando una esquela de frío que
arrope tus huesos de lumbre.
Esto es Mexicali, tierra que adiestra al dragón en
las artes del fuego.
¿Cuántos veranos vestiste tu piel de armadura y
sin Sancho escudero emprendiste hacia el rayo del
sol convertido en molino?
“Anda al hielero, trae cinco pesos de hielo”
Y era un espectáculo ver la masacre que hacías con
las barras. Sentir en el rostro las chispas del
hielo fundido como ascuas de río.
Súbitamente el gran témpano claro quedaba
restado a unos lustros de vidrio filoso.
En las fiestas un hálito frío alegraba los cantos,
no vendías hielo, vendías alcanfor de fantasmas,
pizcas polares que enfriaban botellas y
hacían calofríos las espumas.
Vendías a granel los lingotes de lluvia en su
pausa purgante.
Aún mis manos conservan la estela del
magma que hacían de las palmas un par de
Groenlandias.
Me enorgullece decir que miré destazar el
becerro del agua, que tuve en mi frente las
vísceras claras, la diáfana carne del
agua ya muerta.
Sería un privilegio heredar esos garfios de
que hincaban sus uñas al huérfano arroyo.
Las colgaría en una percha enclavada al verano.
Un nombre propio y dos fechas serán la
frialdad de un lápida pobre.
No dirá: “En esta tumba hay un Yeti que
habitó el desierto
”.
Cierto que fuiste más hombre que oficio,
cierto que al ver tu vejez apoyar tu esqueleto en
bastones con llantas me vino el poema.
Sé que es normal que te mueras, y que haya un
cronómetro frío que active el recuerdo.
Lo que me angustia es saber que un
calor infernal hondeará en tu fantasma.

domingo, 7 de marzo de 2010

JURO QUE UN DÍA UN MAHATMA HABITÓ ESTE PLANETA


JURO QUE UN DÍA UN MAHATMA HABITÓ ESTE PLANETA:

Lo declaro aquí: yo mismo desearía no creerme. Pero tengo demasiada convicción. Amo a la vida y anhelo dejar un planeta mejor que el planeta que hoy roza mi vida. Sinceramente quisiera tener la certeza de que esas antenas de Alaska propagan la vida y no muerte.

No me he basado en videos anodinos ni en pruebas triviales, hay cientos y cientos de pruebas, documentos que no deben ser ignorados. Tengo la fortuna de ser allegado a quien es la mejor periodista de México, y ella misma me confirma todo.

Hoy en mi poema “Chile Mon Amour” explayo el motivo primario que lleva a activar esa arma. Siendo objetivos sumamos el mismo consenso: el del bienestar del mundo. El del bienestar de Chile, de Haití, de otras patrias.

Todos estamos muy cerca del filo sutil que divide creer que La Tierra produce estos golpes o es consecuencia del hombre y su sed perniciosa que ya ha rebasado por mucho el respeto adeudado a La Tierra. Y en realidad tanto la hemos ajado que hoy cobra con creses el basto descuido a que ha sido sujeta por siglos. Pero también (y aquí es donde está el punto clave) no debemos verter a ningún saco roto que existe evidencia ¡y muy seria! que debe esparcirse, pero más aclararse, y más sobre todo enfocarse en sanear este mundo.

Barak Obama jamás mereció el Premio Nobel. Este no le fue otorgado por sus cualidades ni sus referencias, sino para sofrenar la inercia heredada de un Bush patológicamente marcial y perverso. Un imbécil en todo sentido que fue reelegido al lavar los cerebros de un pueblo invadido de miedo que nunca entendió que llevaba al poder a un brutal enemigo del mundo. El Nobel fungió como un simple mensaje de hartazo, un: ¡Ya basta! expresado con tiempo, una forma piadosa ―y desesperada― que el mundo encontró para así fecundar la consciencia del nuevo jerarca que desencantado recibió el tributo. Desafortunadamente el laureado estandarte no ha sido siquiera la sombra de un brioso denuedo por contrarrestar el rumbo. El distintivo pasó a ser olvido, una simple estadística que mancilla la estirpe del premio.

Lejos estamos de lideres reales, de un Mahatma Gandhi, de un Luther King, de una Madre Teresa.

Hoy la bazofia ha llegado al poder y bazofia reparten. Así que decido creer, porque no entregaré mi sapiencia a las hienas. Me rehuso a ignorar circunstancias palpables. Si me equivoco será un yerro humano enfocado hacia el bien.

Así que hoy por hoy yo me encuentro en el lado que apunta a que Haarp debe ser anulado, previamente desenmascarado.

Lo Reitero de nuevo: no se han instaurado las visitas guiadas ni abrirán sus archivos al mundo. Para ellos es sólo activar un botón previa orden de un grupo de seres bazofia.

miércoles, 3 de marzo de 2010

EL TERREDIABLO


EL TERREDIABLO:

Lo dije después de que Haití fue brutalmente ajado. Hoy ante todo el amor que me invade por Chile lo expreso de nuevo: ¡Me rehúso a nombrar TERREMOTO lo que a todas luces es ASESINATO!

Hoy desmonto un instante el poema y cabalgo la prosa porque es necesario enjuiciar la desalma. Chile está vivo, Chile es un pueblo amoroso y colmado de fuerza. Chile hoy encarna el dolor de la América nuestra. Un dolor que el amor y el trabajo podrán abrevar con el tiempo. Pero hay un dolor que jamás borrará los sadismos de aquellos culpables que ya pagarán su desalma.

Desde el origen del mundo los terremotos emergen del vientre terrestre: ¡jamás desde el cielo! Y fue justamente en el cielo chileno donde inició la masacre a su patria.
¿Desde cuándo los cielos se encienden a la víspera de un terremoto?
¿Desde cuándo las nubes adquieren las formas de crestas y valles antes de que el suelo tiemble?

HAARP ha sido activado de nuevo, y esto parece que ya es ADICCIÓN de ese grupo infernal que posee ese cobarde artefacto. Siento pena y vergüenza por ellos, no los considero dentro del concepto de SERES HUMANOS sino Bazofia Sanguínea. Siento desprecio por ellos, y hoy no merecen un verso, sino la Luz de verdad en su rostro que es ácido vivo en sus caras maltrechas. ¡No tienen derecho a asesinar a nadie!
¡No tienen derecho a masacrar los pueblos!
¡No tienen derecho a sentirse los dueños del mundo y sin más activar un botón para crear la hecatombe!

Las pruebas son claras y obvias. Todo tiene un nombre que designa algo: Y es impropio nombrar Terremoto a un hachazo a la tierra que no ha provocado La Tierra, sino la infamia, la bajeza más vil que ha pisado la tierra.

Si aceptamos nombrar Terremoto a estos maléficos actos entonces estamos cayendo en su juego. Un juego sucio y repleto de cloacas, un juego infernal que asesina, amenaza, violenta y destroza bondades.
Han asesinado niños de una forma insana, han dividido familias, destrozado hogares, han pisoteado ante todo la gran hermandad de los seres humanos.
Han violado La Tierra. Esto es peor que una guerra, porque en la guerra se erigen trincheras y crean estrategias y hay actos heroicos.
Esto es el imperio del perro con rabia, el amor de matar por matar, el placer de oprimir la hermandad con la suela indolente de los desalmados.
Si seguimos apodando Terremoto a la ignominia estaremos aportando una capa de musgo al disfraz de las hienas.
Nominar Terremoto a estos actos impíos reduce a la historia a una fábula oscura en que Pedro y el Lobo aglomeran su grito y advierten a tiempo que viene no el lobo: sino el tártaro negro, el mongol de la muerte: “El Terrediablo”

China (12 de Mayo de 2008) 69 227 humanos muertos por el Terrediablo
Haití (12 de Enero de 2010) 230 000 humanos muertos por el Terrediablo
Chile (27 de Febrero de 2010) 723 humanos muertos por el Terrediablo

¿Quién sigue? Eso no importa, lo que importa es saber que el TERREDIABLO seguirá matando si no aniquilamos la bestia anudando hermandad y las voces.Que el Apocalipsis llegué si le da la gana, pero que venga de afuera. Que no sea la mano del hombre la que alce el revolver al pecho del hombre y dispare el infierno.

© Fausto Vonbonek