7:16 AM
Da inicio el crepúsculo
Esto es Davos, Suiza
Sede de un foro económico
absurdo
La gente se mueve a la par
de un reloj que no es menos absurdo
Se dirán tantas cosas que apenan la vida
Como siempre será el porvenir el incómodo huésped
Esa niña ha pasado las horas del día ofertando el futuro
Berenjenas y ajos
Pero nadie le compra y sus ojos recienten maltrato
Lejos de ahí —en occidente— Andrew Carnegie IV degusta un
baguette de ternera y mostaza
Jamás llevará hacia su boca un limón encurtido ni el higo inocente
que vende la niña en su más dulce canto:
“Cinco semillas de sésamo caen de mis ojos
Soy la humildad del desierto y poseo sus riquezas
Tú no querrás que pronuncie el silencio
Podría enmudecerte si digo mirada o si callo las piedras
Lloro el marfil que asolea los ocasos
He nacido a la sombra del signo del jade
De noche la noche recuesta su frente en la trémula arena
Ella reza el murmullo que el mar reproduce
La oscuridad ha venido de lejos a orar las mezquitas
Más lejos del mar peregrina otro oleaje
Los adalides levantan sus redes
Peces de luz descomponen el prisma y la vida amanece
Soy el anís que amamanta
el misterio
Quien aspire a mirarme podrá comprenderlo”
Y así Sakineh Mohammadi se aleja cantando
Ella no sueña riquezas ni Barbies
Sakineh sueña solo en el dírham que salva su sueño
“It’s the
economy, stupid”
Pero no, Mr. Clinton
Si el estúpido dólar no logra
apartar la cizaña del sueño
No vale la pena pagar la vergüenza
© Fausto Vonbonek
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