miércoles, 17 de diciembre de 2008

Altiplanos

Vivo de eso,
de pulir con la estopa la inhiesta agresión
del espacio en despecho.
Y es que quién limpia este cielo del polvo
pasado, quién abre ante el sol el desliz de la
sombra, quién besa el río.
Pienso y encuentro también que el pensar es
un otro distante que piensa en aquél que se
encuentra aquí mismo.
Dónde se encuentra es la fuente que engendra
el relámpago dios en que nace la idea, la rosa
que pare los pétalos nuevos de un rojo que
nunca equivale a una sangre.
El cielo es también el jardín más boscoso,
es justo en él donde el ave que aún vuela
destina su muerte en el páramo humano.
Y es que los pájaros bordan su vuelo en el
sueño del hombre, sueño que piensa,
sueño que anida en la nube más cerca a la
lluvia de olvido.
Los picos que emigran moldean el buril que
carcome el silencio que brota en las casas,
que emerge en las frentes, que fluye en los
llantos que vuelven a casa.
Ay, qué infinita tristeza se queda enjaulada en
el ángel sin alas
Así el pensamiento que corre a buscar su
gemelo distante.

2 comentarios:

  1. Lo q me gusta de este poema es lo apasionado del mismo.

    (ando en mi fase apasionada, se nota?)
    jejejeeje

    Abrazos, gracias por seguirnos inspirando...

    ResponderEliminar
  2. Lo q me gusta de este poema es lo apasionado del mismo.

    (ando en mi fase apasionada, se nota?)
    jejejeeje

    Abrazos, gracias por seguirnos inspirando...

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