martes, 26 de mayo de 2009

La marcha de la Humanidad *





El muralismo es la llave en la cripta del hombre,
él es la prueba viviente que aquí está La Iliada
en los llantos del Tlaloc.
¿Quién mira a quién en la Itaca de espacios?
¡Mírate, Ulises!
¡Ésta es por fin tu Penélope abierta!
Siqueiros desnuda a sus hombres cubriendo sus
cuerpos de un aire vestido.
Es imposible observar este domo ostentando un
ropaje, un reloj, un perfume.
El falo del tiempo penetra en los bronces,
la hoguera carmín incinera los grises,
¡Éste es el México vivo!
No observas un cuadro, ¡cabalgas!, ¡disparas!,
¡Masturbas el fuego!
La levadura del óleo despierta las almas,
cada pincel fue vertido en el cáliz de un odio incapaz de
apagar la ceniza amorosa.
El muralismo es un dios paralelo a otros dioses.
Por eso estas manos que ofrecen un cielo en sus palmas
abiertas.
Es duro ser hombre, es duro vivir conquistando otro día.
¡Ya no hagas más nada! Subyuga tu sangre a esta vena de
historia, derriba tus miedos, tus horas, tu infame dinero.
La dimensión cobra vida en el diezmo del ojo.
La humanidad necesita de un árbol que anide en su
sombra el orgasmo del arte.
Cuánta sed hace en las cúspides negras.
En unos instantes saldrás a la calle y verás la silueta de un dios
conquistado.
Ya fuera de aquí, de está cúpula magna, podrás caminar por
los mismos senderos que oprimen tu sangre y devoran tus alas.
Querrás ver el cielo y romper la burbuja que oculta el azul tras
los grises nocturnos.
¡Ya estás advertido!
Porque siempre sabrás que tus ojos volaron aquí,
en la atmósfera humana del ángel sanguíneo.
La inquisición de los rostros persiste allá afuera.
El muralismo es la gota de luz en la noche del tiempo que
aporta una brocha al dolor de estar vivo.

* Título homólogo al mural de Siqueiros en su Polyforum:
“La marcha de la humanidad en la Tierra y hacia el Cosmos,
Miseria y Ciencia”


1 comentario:

  1. Siqueiros te cautivó, ¡y me encanta!

    Los muralistas, Amor, son poetas con visión de gigantes. Son visionarios con la capacidad de plasmar una imagen llena de detalles que sólo puede apreciarse, como la realidad, tomando distancia. De otra forma, es imposible mirar con perspectiva.

    Lo que logran cuando por fin podemos mirar de un sólo golpe el cuadro completo, es conmovedor. Te pierdes en los caminos que dibujan, casi puedes entrar en ellos, escuchar las voces de los personajes y las multitudes, sentir las manos que parece que se salen de ese muro, dolerte con las injusticias dibujadas. ¡Es fascinante el muralismo, como lo es compartir contigo ese gusto.

    La próxima vez que estés aquí, tenemos que ir a ver los de Palacio Nacional y también los de Bellas Artes.

    Te amo.

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