Poesía Encadenada
Los libros sagrados
Advierten que ver a
Los ojos de un dios
Nos despoja la vida
Entonces así
Como el gran Prometeo
Hurtamos el fuego del
Verso y en él
Aprendimos a crear la
Mirada del hombre que
Mata a ese dios que
Le mira a los ojos
Interesante concepto de poesía y poeta. Me encanta el Mito de Prometeo, por todo lo que puede significar con respecto al hombre. Es como una fuente inagotable de significado.
ResponderEliminarPor de pronto tus palabras me llevan a pensar en el rol social y filosófico del poeta como guardían de la luz que lleva a los hombres.
Saludos.
Luego me surgió el tema del dolor que produce el dar a luz el verso. El ser poeta es a la vez un don y un deber. La inspiración y la creación muchas veces surgen invadiendo al poeta que se siente superado por la fuerza que fluye de su interior. Cuan Prometeo encadenado, al margen de la vida y de la muerte, pero en constante oscilación entre ambas. ¿Estás de acuerdo en alguno de estos conceptos?
ResponderEliminarMyriam, estoy totalmente de acuerdo contigo. La misión del poeta es salir del entorno del cuerpo y entrar en el éter del mundo a esparcir las palabras. El héroe acompaña sus pasos: Todos debemos de ser Prometeos. Todos debemos llegar hasta el Sísifo eterno y brindarle el envión que adeudamos. Todos somos Penélope, porque el tiempo desteje la manta y engrosa el ovillo de desesperanzas. El poeta lo sabe, y por eso es vital abordar diariamente los pasos camino a la Troya y tallar mientras tanto el caballo que irá a penetrar la existencia. Un abrazo afectuoso… Fausto.
ResponderEliminar“Un poeta tienen prohibido tener días cualquier o mirar cualquier cosa”
Fausto Vonbonek.
Que lindo es concordar. Hablar un idioma universal. Gracias por compartir tu ser de poeta. Es un tema que me apasiona.
ResponderEliminar“Un poeta tiene prohibido tener días cualquier o mirar cualquier cosa”
ResponderEliminarEn esto difiero. Puede mirar cualquier cosa, la diferencia radica en que todo lo que mira lo transforma con su ojo creador y lo recrea. Y aquello deja de ser cualquier cosa. Lo mismo pasa con los días...
Interesante encadenamiento. Me gusta la idea del "fuego del verso"
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