Cierto es que cada mañana acompaña un silencio
Una poción de otras eras que flota olvidada
Hay una fuerza que no es gravedad que se traga el
recuerdo
Hay una rosa en el centro del mundo aromando el
vacío
El universo no es nada y en toda esa ausencia hay
un átomo triste en que cabe la sangre
Abren su mano los siglos y en ellas suspiran las
próximas horas
Somos los hijos de un verso sin vida
Toda esta revuelta de calles y arcilla es un grano de
luz en que viaja la noche
A veces la aurora se viste de ocaso y no tiene
sentido esperar otra tarde
Aún besan los vientos los últimos pasos
Y aunque jamás llegue el tren con destino a otro
mundo comprar el boleto es nacer en un mundo de
calles, vorágine y tiempo.
¡Compro el boleto, mi amor!
ResponderEliminarApostarle a los sueños, vivir con la inocencia de creer, confiar en uno mismo, dar pasos sobre el camino de hoy intensamente, recordando a la vez que el río de aquí es el mismo que el río de allá... así veo yo ese comprar el boleto. Qué bonito verso. Un cierre alentador después de la nostalgia:
"Y aunque jamás llegue el tren con destino a otro mundo comprar el boleto es nacer en un mundo de calles, vorágine y tiempo."
Amor, es un placer el viajar a tu lado. Más si ese tren con destino a otro mundo llevase en su riel la caricia infinita.
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