martes, 26 de julio de 2011

27







¿Saben?
Ahora soy yo quien persigue al conejo
Me detengo a morir porque soy pequeñita
y la muerte gigante
Ahora el mundo comprende que entré en los cerrojos
No lean mi carta porque es invisible
Lo esencial, alguien dijo, está escrito con viento
Me he llevado mi pecho
Porque en él permanece mi voz y mis biblias oscuras
Nada heredo a los vivos
Ellos mismos heredan su muerte
Si algo dejo es mis ojos oscuros
Mis cabellos oscuros
Mis oscuros demonios
Este es mi cumpleaños
27 años tengo y mañana tendré 27
27 tatuajes
27 deseos
27 años luz sostenidos
27 aves negras
¿Saben?
Le he obsequiado mis ojos al diablo y a Dios mis jeringas
¿Quién verá en mis mejillas las lágrimas negras que aún pisan
las charcas?
Escapé tan a tiempo que no terminé la canción inconclusa
Pero suena tan lindo el final
Que lo llevo conmigo

lunes, 25 de julio de 2011

El olor perdido



Años después vine a ver los espejos
Les llevó un parpadeo recordar que una vez fui su dueño y mi nombre habitó el corazón conteniendo otro nombre
Me reconocieron, pero no me supieron decir o quizás toda voz fue apagada por capas de herrumbre
Luego vino ese bálsamo antiguo a humectar los recuerdos
Perseguí esa fragancia
Pero no era un perfume ni el vaho del pasado
No era el fétido aliento a fantasma
No era el soplo de aquellas ventanas ni el alma del viento
Era algo más que ese efluvio irrumpido de aroma
Era un río bienoliente
Algo más respirable que todo el jardín contenido en la aurora
Más cristalino que Dios o cualquier relicario
Porque entonces lo supe y fue bueno
y exhaló ese diamante en mi piel la respuesta
Era así sin más nieblas
El olor a mujer

miércoles, 13 de julio de 2011

VENTANAS


Así mismo en su ufano fervor
las ventanas transpiran secretos
Si alguien dice Te amo ha asumido abordar
la esquizoide neblina que vuelve el espejo
El amor corre el riesgo de ser confundido con
arpas de Orfeo
Un jardín merodea por el tiempo
Lo que dice un amante el amor lo transcribe
Lo que dice el amor siempre acusa recibo al
hierático amante
Los paisajes no mienten, perjuran
Por eso ambos logran mirar dos asomos a un tiempo
Uno ve amaneceres
Otro ve al mismo tiempo el ocaso y
sus cuervos comerse el amor
con la misma flagrancia
del frío parricida