domingo, 27 de septiembre de 2009

Quetzalcóatl


Caminamos entre ríos,
a la derecha el gran Lete y sus peces de olvido,
a la izquierda el Nmemósine pleno en coral de memorias.
Tras de nosotros el Hades que es río de las almas,
y enfrente las Náyades quietas del fiel Aqueronte.
Oh, Zeus Pater,
danos volcanes que surcan de lava las brechas del hombre.

"IL Cielo en una Stanza"



domingo, 20 de septiembre de 2009

SUEÑOS TANGIBLES


Automáticamente las horas del día incineran las naves que pueden salvarnos de entrar en el mundo. Esto quiere decir que habitamos la isla llamada “uno mismo”. Y que no hay material para hacer otro barco. Por eso los seres dedican su vida a esperar que las olas expulsen maderos o venga otra nave. Ignorando que sólo el amor es quien funde el acero que da solidez al etéreo arco iris.

jueves, 10 de septiembre de 2009

Poesía Encadenada


Los libros sagrados
Advierten que ver a
Los ojos de un dios
Nos despoja la vida
Entonces así
Como el gran Prometeo
Hurtamos el fuego del
Verso y en él
Aprendimos a crear la
Mirada del hombre que
Mata a ese dios que
Le mira a los ojos

domingo, 6 de septiembre de 2009

CÁNTICO HELENO


Voy a morir por cuestión de costumbres,
así se comportan los karmas humanos,
pueriles, insanos, propensos a amar la
mujer sin amarla.
El mar es ejemplo de cielo insurrecto,
no acepta el sosiego de estrellas inertes.
Penélope duerme, el aire que exhala es
el aire que ocupo.
Detesto a esa suma de dioses,
son todos tan hombres,
tan muertos, tan vil predecibles.
Voy a extrañar no adorar tus pestañas,
llevo en mi lanza el destino que espero,
los epitafios ya esperan,
dejo la suerte enterrada en sepulcros.
Ahora el escudo es mi sombra y un
verso que escondo en tus oros desnudos.
Voy a llorar por cuestiones de sangre,
aún no he llorado y si lloro lo haré bajo tierra y
allá entre los héroes que lloran sin alma.
Si beso sirenas será por sus arpas, jamás por
sus labios o rizos en senos.
Hay flechas de duelo que llevo ya inmersas,
no soy infecundo, la tierra y tu llanto conocen mi
siembra.
Ya voy malherido, si ves mi poema no miras mis ojos,
no miras mi vientre,
no miras la Itaca en mi homérica sombra.

viernes, 4 de septiembre de 2009

LA QUE VUELA


Esa noche tus alas llegaron
Volar fue el deseo más profundo al mirarte desnuda
Soldaste a mi espalda dos nubes y un beso
El mar fue tu frente y la luna una ráfaga inmóvil
Esa noche lloré sobre el techo del llanto
Aprendí de memoria la luz de los barcos
Fui faro detrás de tus ojos
Fui el ancla en tus olas
Fui el Dédalo amante
Volamos
Volé
Revolvimos los vuelos
Supe por fin perturbar los alientos
Esa noche volamos
Esa noche volé tras la misma gaviota
Fui el escribano en tus cartas etéreas
Fui el rayo en tus senos
Fui el golpe de viento que hirió nuestras alas
Fui el aire encendido en un grito indeleble al
Chocar otra vez tu cintura en mis manos

martes, 1 de septiembre de 2009

SUEÑOS MUERTOS



SUEÑOS MUERTOS
(Una página ficticia en el diario de Ana Frank)


Querida Kitty:

Anoche fue como el amanecer.
Triste, como esa tristeza de los hombres serios.
Densa, como la pólvora negra que invade las calles.
A veces dibujo paisajes de soles para poder alumbrar la
penumbra que siento por dentro.
Otras noches bosquejo recuerdos y se me inundan los
ojos de lágrimas. ¡Por favor no le digas a nadie!
Ahora que estoy aquí adentro y desgarro el encierro me
invaden preguntas. Ahora mismo me estoy preguntando
si afuera aún rosas.
¿Dónde estarán refugiadas las flores?
Margot las ha visto en sus sueños y llora una etérea
fragancia que invade el enclaustro.
Puedo escuchar mis suspiros, y al hacerlo, puedo mirar
a través de mis ojos quién es quien me habita.
Sé que no ha habido un pecado en mi vida que encause
estos tapias, y sin embargo he nacido en un tiempo
en que el odio es virtud de los héroes más fatuos.
¿Cambiarán más delante los hombres?
¿Dónde estarán refugiadas las flores?
Dice mi padre que somos humanos, dice mi encierro que no,
que soy de una estirpe marcada con sangre.
Cada día me arrebata lo que no he vivido.
Cada ruido de guerra me priva del juego y de todas las cosas
que ofrece estar viva.
No quiero morirme.
Quiero volver a cruzar por las puertas y entrar a las calles y
entrar en las risas.
Ay, como extraño una risa profunda.
―Voy a decirte un secreto:
A veces, cuando todos ya duermen, me escurro en silencio hasta
ver la ventana.
Cruzo despacio a través de mi miedo y encuentro un pequeño resquicio en la lóbrega tela.
Entonces me asomo, y al hacerlo, siento que atisbo en los ojos del diablo.
Dicen mis dudas que el diablo no existe, dice mi encierro que sí.
Tengo todos los años dispuestos al frente y qué importa, cierro los ojos y vuelvo a nacer y es el mismo destiempo, y las mismas cenizas.
Sin embargo tengo todos los motivos para abrirlos.
Y no siempre estoy triste, hay momentos en que encuentro
memorias que aroman de luz este encierro y me traen las
muñecas que ostentan mis sueños.
Sin embargo ya no sueño.
Nadie sueña entre ruinas oscuras, el blindaje del miedo
captura uno a uno los sueños humanos.
La guerra también aprisiona ilusiones, cada deseo es
numerado, cada suspiro que emana del alma es llevado
a esos campos que apilan infiernos.
Cada brazo de un sueño es marcado con signos que llegan al
hueso.
¿Cómo encontrar el santuario en que duermen las flores?
¿Cómo saber si al abrirse están libres del odio?
— ¿Quieres que te diga otro secreto?
Logro soñar a través de mis venas.
Pero sé que son sólo ilusiones, murmullos de amor que
reclaman un beso, lo demás es silencio, y esa cigarra impasible del
ruido de guerra.
Irreductibles los tanques destrozan lo poco que ostento.
Sé que nací en este mundo en un tiempo imperfecto, pero sé que después de sumar los horrores habrá paz eterna. Después de esta guerra no puede haber otra. No, no puede haber otra. Las flores merecen abrirse sin miedo.
―Voy a decirte un secreto que nunca pensé revelarte:
Hoy que vi a Peter miré en su entrecejo una ruta de escape.
De pronto sentí un gran deseo de ser abrazada.
Peter tiene diecisiete, pero sus años no importan.
Hace meses que el tiempo murió en nuestros años.
He aprendido a llorar sin verter hacia afuera una gota de estruendo.
Dice mi rostro que soy una niña, dice el encierro que soy sólo un rostro semita.
Supongo que afuera aún hay flores.
Ayer, antes de ver la GESTAPO irrumpiendo el refugio,
antes de ser corazones sin cuerpos, lancé diez palomas al cielo y en ellas mis sueños.
Claro que sólo fue un sueño.
Peter y yo contemplamos un mapa deseando vivir un instante a manera de humano.
Tomamos simultáneamente el mundo, juntamos las almas, las manos, y antes del golpe del odio en la puerta, con el aura acogida a los labios nos dimos el beso que nunca nos dimos.
La puerta se abrió con violencia y el mundo jamás nos mostró ese refugio.
— ¿Cómo encontrarte una vez ya sin vida? ¡¿Dónde sembrar nuestras rosas?!
Pero ya no hubo respuesta, un poco después morimos.
Y encontramos, por fin, el santuario del alma.