Al recorrer la ciudad me pregunto si alguna
ciudad reconoce en mis pasos su casa andariega.
He andado en la ausencia mil siglos, un año,
dos horas y nunca una carta, una letra anidó en
el buzón de un segundo ya en cruces.
Duelen las calles que ostentan memorias, son
como cristos de iglesias, ya tristes, ya rotos,
ya heridos de ruegos. Sí, duelen las calles que
son como calles dispuestas en tumbas.
Uno camina y el eco reencarna en las sombras de
aquellos que aquí transitaron.
Esta es la calle jamás olvidada, aquí desembocan
los nómadas pasos del río de los sueños. Tantas,
tantas, tantas ciudades y nunca una calle sembró
en mí una rosa.
Aquí fue aquel pacto de nunca volver y ahora he
vuelto sediento a la fuente del pacto.
Tal vez me olvidé del aliento del ruido,
tal vez me olvidé de la sangre que emerge en la luz de
la herrumbre.
Todo es tan igual que parece otro mundo.
Ahora comprendo aquel hombre que fui al
permutar la montaña por alas sin plumas.
No cargan ofrenda mi espalda y mis brazos,
no temo al cáncer del odio enclaustrado en las grietas.
Llego por fin a los últimos pasos, aquí en este
hilván desprendí el algodón que arrojé al
cielo ingrato.
Nada, nada ha cambiado, todo es tan igual que parece
otro mundo.
Ya no es la misma ciudad que olvidé en la memoria,
ya las estrellas no esbozan el río al que pude lanzarme.
Ya no es la misma ciudad y el espejo que un día olvidó
reflejarme se acerca ya roto, ya herido de tiempo,
ya ciego. Muestra senil sus fisuras de olvido, iza su
palma rogando limosna, pongo en su cuenco la esquela
del tiempo y su herrumbre sonríe en un vago recuerdo.
la verdad es que estoy sorprendidisimo me encanta como escribes , tienes todo sentimiento ,voluntad, rima ,amor o sea escritura en palabras mayores acabo de conocer tu pagina atraves del club literario pero con tu permiso la seguire amenudo .
ResponderEliminarhttp://unmundomaslibre.blogspot.com/
aqui te pongo mi blog por si quieres pasarte algun dia .
a mi me tendras aqui amenudo
nano.