lunes, 25 de julio de 2011

El olor perdido



Años después vine a ver los espejos
Les llevó un parpadeo recordar que una vez fui su dueño y mi nombre habitó el corazón conteniendo otro nombre
Me reconocieron, pero no me supieron decir o quizás toda voz fue apagada por capas de herrumbre
Luego vino ese bálsamo antiguo a humectar los recuerdos
Perseguí esa fragancia
Pero no era un perfume ni el vaho del pasado
No era el fétido aliento a fantasma
No era el soplo de aquellas ventanas ni el alma del viento
Era algo más que ese efluvio irrumpido de aroma
Era un río bienoliente
Algo más respirable que todo el jardín contenido en la aurora
Más cristalino que Dios o cualquier relicario
Porque entonces lo supe y fue bueno
y exhaló ese diamante en mi piel la respuesta
Era así sin más nieblas
El olor a mujer

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