Hace unos meses me sucedió algo curioso, trabajaba en un poema, ese tipo de poemas que convierten al poeta en una especie de esquimal en el borde de un hoyo pescando una letra, una foca o de plano nada. A lo lejos merodeaba el rumor de un partido de fútbol, no me distraía ni me entusiasmaba, pero algo pasó de repente que me hizo prestarle atención y olvidar un momento aquel verso inconcluso. Debió de existir una cierta proeza en el juego que provocó una solemne expresión que colmó mis oídos. Dijo así el comentarista: “¿Quién dijo que para hacer poesía se requiere de un poeta, de una pluma y de una hoja de papel? A veces sólo se requiere una pelota en las piernas de un genio para que escriba un poema en las redes contrarias” Ya no recuerdo que tanto avancé en mi poema ni el resultado del juego, pero recuerdo perfecto mi rostro pasmado al oír sus palabras. No era sólo aplaudir la locuaz ocurrencia, era encomiar la secuela que causa, la gestación inherente de un efecto dominó instantáneo. Porque en ese mismo instante en algún punto del mundo las manos prodigiosas de algún cirujano escribían poesía en el cuerpo de un niño con su corazón abierto pintando de rojo un quirófano frío. Porque en ese segundo en un cuarto modesto un austero pianista escribía con sus dedos un suave poema capaz de cubrir de oropel las precarias paredes. Porque en ese justo instante un nombrado arquitecto trazaba un poema en plano imposible de un sueño de luz, de concreto y cristales. Porque en un rincón del mundo en la gota de tiempo un pintor afamado firmaba en su lienzo el poema buscado por años. Porque al desvelo del mismo segundo un autor de novelas gestaba por fin su obra cumbre que abría de sitiar a su prosa de versos. Porque era seguro que en ese momento en un sitio apacible una joven fructuosa escribía poesía al compás de un teclado brindando respuestas a miles de gentes tan sólo por gusto y placer de servicio. Porque sin duda en cualquier continente, en el lugar más oculto, bajo el control de las manos más mustia o más refinadas un prominente poema estaría en su proceso. Quizás en algún repostero que adorna sus tartas, en un chef curioso que encuentra el platillo jamás antes creado, en una escultora que engendra en la arcilla una efigie sublime, en un hortelano que poda sus flores, en un periodista que cubre una guerra, en un pacifista que expone su vida al postrar sus ideales enfrente de un tanque, en una enfermera que limpia una herida infestada, en un artesano que ilustra sus jarros, en una caricia que dice mil frases. En toda creación que estimule el sentido y que anegue de luz el espíritu humano se encuentra el poema. Pero también el planeta y en el vasto universo están confinados de versos gloriosos. Sé que suena cursi y bastante trillado pero ¿acaso una aurora no es verso de luces? ¿acaso el silencio de un cielo estrellado no causa un espasmo? ¿acaso el rugido de un mar infinito no causa un temblor en la arteria del alma? La poesía es en sí la creación que enaltece creaciones. La interacción de lo vivo y lo inerte. La plusvalía del sentido.
Cuánta razón pronunció el narrador del partido, porque quizás enunció sin la plena conciencia una clara denuncia: Exista o no exista el poeta o la tinta, la poesía está presente y se escribe a sí misma. Ella es quizás la otra cara del tiempo, la faz de una luna unicornio que sólo se observa y jamás se posee. No hay la patente de corso que de inmunidad ni franquicia en los versos. No hay pergamino exclusivo. No hay la merced que delegue el papiro que diga ella es mía. Pobre de aquel o de aquella que aspire a enclaustrarla; la poesía ciertamente estará en su velorio y después seguirá su camino.
A ti cirujano, a ti repostero, a ti novelista, arquitecto, pianista, escultor, periodista o taxista o cualquier ser humano. A ti van los versos, a ti va el poema que ronda en tus huellas. Hay millones y millones de personas, por eso hay millones y millones de poemas. Pero no los busques todos, busca aquel que a ti te busca, el verso soñado, el verso imposible, el verso mortal que extermine el abismo y lo colme de ensueño y también realidades. Para ti nació Hernández… Neruda… Machado…Darío. Para ti escribió Nervo…Sor Juana…Velarde… Sabines. Para ti vivió Paz… García Lorca…Walt Whitman. A ti son los versos del mundo que pasan así como Octavio lo dijo: Como relámpagos que llevan en el pico pedazos de tiempo todavía vivos.
Se libres para escoger y hacer lo que nos gusta es un privilegio al alcance de pocos.
ResponderEliminarPor eso todo lo que hacemos con pasión tiene como resultado algo hermoso.
Ha sido un infinito placer leer tan maravilloso escrito.
ResponderEliminarGracias por compartir esta historia que encierra cuan util podemos ser en cada profesion u oficio que desempenemos y eso tambien es hacer poesia.
Extraordinariamente hermoso .... me encanto!!!
Saludos... ¡qué bonita tu manera de escribir y expresarte!..¡captas el interés inmediatamente!..son pocas las personas que poseen esa habilidad...me leí todito tu tema...de la poesía...primera que vez que vengo a este blog...y la verdad que me fue grato placer leerte...Gracias por tan bello escrito...
ResponderEliminarRecorde la cita de Gastón Bachelard
ResponderEliminar"¿Qué es un bello poema sino una locura retocada?"
Gracias Vonbonek por tan acertado comentario, tienes toda la razón, aquí en mi país también los comentaristas del fútbol, escriben poemas con sus perlas de locuras retocadas.
Un abrazo.
Eduardo
Hola Vonbonek, hace dias no tenía el placer de recrearme en tus palabras, y hoy, que precisamente te estaba evocando, entonces de repente ¡pluff! te me apareces con este precioso artículo, esta bella prosa que es pura poesía, sobre algo tan cierto como que la vida toda es poesía, solo que depende del cristal con que se mire y del momento emocional del espectador.
ResponderEliminarSi, tienes toda la razón, cada artesano, cada orfebre, cada cirujano, cada operario, hace de su labor un poema, siempre que le imprima amor, entrega, dedicación, esfuerzo, tenacidad, alegría, mística y dolor, si, dolor, dolor si falla en alguna de las anteriores, como siempre mi admiración por tí.
Un beso, Marta Eugenia.
Me quede maravillada con su relato
ResponderEliminarEncantada de devolverte la visita y poder perderme entre tus letras ....siempre tan gratas.
ResponderEliminarUn beso.
Mavila.
Hasta cuando intentas no hacer poesía, ¡haces poesía!
ResponderEliminarQué reflexión más hermosa y profunda. Me emocionó muchísimo, me llenó el corazón, me inundó los ojos, me dieron ganas de salir al mundo en este mismo instante y ponerme a buscar todos los poemas que he pasado por alto...
Gracias, Poeta, por reabrirme los ojos.
Lilyán
fausto, la poesía es en sí misma, pero busca como darse a conocer, y busca tan bien , que usa instrumentos como como los que nombraste: poeta, médico, artista, madre, cocinero, maestro, deportista. Cada uno puede hacer belleza desde su lugar, y hermoso que alguien nos recuerde eso, con tan bellas palabras: haciendo poesía.
ResponderEliminarGracias Fausto
NO ME GUSTAN LOS RELATOS, NI LOS CUENTOS, SI LOS LIBROS, ME GUSTA LA POESIA EN BLANCO Y NEGRO, EN COLORES DEL ARCO IRIS,A VECES FLUYEN SOLOS DE MI MENTE, S NO ENCUENTRO UN LAPIZ SE ME PIERDEN. PERO PASANDO POR ACA LEI TU ESCRITO REALMENTE ME MOTIVO TANTO EL CONTENIDO Y TIENES RAZON TODO O ALGUNOS HECHOS SON POESIA, UN INSTANTE, UNA MIRADA, LA LLUVIA QUE LLORAN LOS OJOS,EL CANTO DEL CHUCAO, TODO ES POESIA, POR ESO LA AMO TANTO COMO TU CREO POETA, GRACIAS
ResponderEliminar