lunes, 31 de agosto de 2009
LOCACIONES POÉTICAS
Es de cierto que hay
ciertos lugares que
no se merecen dar
luz a un poema.
Desangelados
espacios provistos de
lengua y de infértil
palabra.
Lugares que son
aguijón a la entraña
doncella que aparta
sus ostras.
Misántropos suelos
donde sería suficiente una
almendra, una agónica
flor aferrándose a un
rojo en sus últimas
uñas para apreciar un
lamento de piedra,
la sencillez de un
avión en el aire,
la caravana de hormigas
cargando en sus hombros
el ir y venir de un
minuto que juega a morirse.
Lugares que apilan un
aire doliente donde el
respiro al entrar se
convierte en
mortal telaraña que
asfixia alegrías.
Lugares sin sitio,
sin luz cenital ni rotonda en sus
sombras.
Lugares endebles donde un
remolino de alisios recuerdos
o el campanear de cualquier
colibrí fuera el dios absoluto si
hubiese el amor merodeando
en el viento.
jueves, 27 de agosto de 2009
Rodin
Con tus ojos cerrados contemplas
el mar que zozobra en tus venas.
Eres el bronce que esculpe la vida.
Cada vértice externo contiene una
puerta que da a tu mirada.
Reposas el codo en el centro del
tiempo.
La sombra penetra su lengua en tus
triángulos bellos.
Tú no estás solo en tu eterna jornada,
siempre una estrella resguarda tu
espalda del hombre que aún vive.
Mientras los muertos desfilan su luz
en tus músculos vivos.
La oscuridad es el bálsamo suave que
aceita tus soles.
Todos los mundos con todos sus siglos
esperan de ti la respuesta infinita.
Si hay universo tus manos lo hicieron.
Cuántas, cuántas estrellas contienen tus
noches?
Miles, millones de seres te observan y
nada responden.
Únicamente tú piensas dejando que el
hombre interprete sus Dantes.
No es tu descanso esperar los cometas.
La puerta del Hades corona de ti su
advertencia más sabia.
Nunca sabremos qué piensas si nunca
despiertas, pero el hecho que el mundo
perdure existiendo es en sí tu existencia.
miércoles, 26 de agosto de 2009
CAMPOSANTO
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Vonbonek
martes, 25 de agosto de 2009
MIL HORAS
Tienes mil horas contando una a una
mil horas perfectas,
mil horas contiguas.
Todas son una y lo sabes,
el hombre, el estúpido hombre encontró la manera de
hacer de las horas un solo país con idiomas distintos y
visas perversas.
Cada segundo es también habitante entre un muro de Stalin y
un muro de Roosevelt.
La guerra del tiempo ha iniciado temprano, en la sangre, en los siglos,
en el virus que miente, que vota y que cree en democracia.
En el falso mesías que toca la puerta y se queda a vivir para siempre en la
fe de los huesos.
How many years do you have in your eyes?
¡Qué pocas horas! Que poca vergüenza cambiarnos el rostro sincero de
todos los días por césares muertos.
Mil horas fantasmas,
mil horas vestidas de puta en la esquina del tiempo,
mil horas sin brazos, sin curva en sus ochos, aniquiladas por bombas de engranes y napalm de péndulos.
Mil horas que escriben un solo epitafio en las frentes nerviosas.
¿Quién malamente dispuso del tiempo?
¿Cómo acabó encapsulado en farmacias?
¿Por qué ahora se vende por metros cuadrados después del deslinde en las venas?
Mil horas no sirven de nada cuando hay esa veda en las horas del sueño.
Octágono infame en que caben mil horas y efímeras horas que solo retienen
polígonos tristes.
Mil horas conducen a una sola Roma, a un solo Berlín dividido por viento, a un
anaquel ya vacío donde hubo un poema, al planeta de un niño adorando a una rosa.
Mil horas no son ni una sola agonía, todas ellas esperan a un nuevo Merlín que convierta el reloj en un tiempo sin patria. Donde cada minuto sea libre de
entrar por la puerta que guste y marcharse a las horas que quiera.
Siendo sinceros, ¿quién no quisiese escapar de ese bicho esposado a la mano?
Ese goteo inquisitorio de apuro y martillos y es hora de irnos.
Sería extraordinario mirar las estrellas sabiendo tan solo que es noche o quizás
madrugada.
O conferirle al azar los ocasos y auroras.
En muy poco tiempo, mil horas si acaso, cada reloj de pulsera sería equivalente a
Big Ben aplastando las sienes.
Sería despreciable volver a los duendes de dos manecillas,
What time is it… nunca más.
Ay, sería extraordinario dejarle el reloj a esos hombres con casco que van al
espacio a buscar dónde diablos se fueron los Mayas.
No más seis con treinta ni diez menos cuarto. Mejor rosicler, gallinicio, alborada o
el nombre de pila de Noche Intempesta.
Fausto Vonbonek
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domingo, 23 de agosto de 2009
The Suicide of Picasso's Guernica
Espiral del respiro
Respiramos
un poco de viento,
usualmente una dosis de un
aire difuso y sin fuerzas.
Un respirar vulnerado en la
inerme pared de los seres y
cosas.
Porque quién sino nadie
recuerda que todo respiro va
unido a una rágafa rauda que
irá a desafiar la tormenta,
el tifón del silencio que en
toda la vida ya se ha respirado,
y que en un solo aliento
retorna al final de las
conchas del alma.
sábado, 22 de agosto de 2009
Pianos Blancos
Blanca existencia de amor
De alhelíes de plata
De regazos argentos
De avalanchas de leche
De unicornios fantasmas
De humedades del ángel
Pianos blancos, sublimes
Terremotos de dioses
De invisibles silencios
Del Magog y su reino
Sí, pianos blancos de amor
De desdén nacarado
De la fosca extraviada
De la luz y su aliento
De la luz que hace el vino
De la luz que es el vientre
De la luz por ser ella
Pianos blancos y etéreos
Pianos cándidos, blancos
Pianos blancos de hielo
Pianos blancos del alba
Tersas, diáfanas notas
Tecla oscura Oh, jamás
Sólo nubes sinceras
Claridad de deseos
Claridad de campánulas
Manos blancas, perfectas
Brisa, rosa de polvo
Salamandra de nieve
Nebulosas de brisa
Más niebla, más, más brisa
Sólida brisa, metal
Pluscuamperfecto vapor
Nube blanca ¡Silencio!
Una mano ha tocado
En la escarcha una tecla
Una pétrea cascada
Una albina substancia
Un color invisible
Un silencio exquisito
En los ojos la nota
En la nota esta vida
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Vonbonek
lunes, 17 de agosto de 2009
miércoles, 12 de agosto de 2009
INDIFERENCIA
Ella me ha despertado
Debiese ignorarla pero su entusiasmo agrede y constriñe cualquier
apatía
Ella es el sentido, la musa, la letra enemiga del confort del sueño
He venido a escribir otra vez cuando estaba a punto de ovillar memorias
Y es que son casi las cuatro y he debido arrancarme de toda caricia y
reabrirme de nuevo a edredones de tinta
Pero fue necesario, es imposible apartar un poema una vez que este vibra y
su voz patalea sin cesar las placentas del verbo
Es como gatos en celo a mitad del descanso
Ellos no dejaran de maullar de la misma manera que el alma del verso le
brama a su orgía
Pero ¿Cómo pasó? ¿Cómo explayarlo ya a punto de aurora?
Sucedió que antes de irme a dormir relegué este poema
Quise escribirlo y de pronto la idea original trascendió en otros mundos
Fui a dormirme a la par de dos nuevos poemas, pero el poema, el que
embestiría a mi lado la palabra indiferencia, ese no germinó
Por eso es que he vuelto, porque estoy consciente que si entrego mi espíritu al
mago del sueño seré indiferente y no debo, no quiero, no soy desalmado
Yo mismo debo observar esos cánones propios
Debo imponer mis palabras al párpado plomo y escribir, ya por fin, el poema a
esa aciaga palabra. Indiferencia
Pero ¿Quién me acompaña?
¿Qué antónimo enfrenta una guerra mortal que combata ese insano vocablo?
Indiferencia
¿A quién pertenece la mano en lo alto? ¿Quién muestra emociones?
Oh, indiferentes
Aún es madrugada, me asomo hacia afuera y ahí, al traspasar los marasmos del
vidrio se encuentra el más diáfano ejemplo
¿A quién sino al éter oscuro le importa esa infausta mujer que deshoja sus canas
lavando la ropa del mundo? Siempre, siempre lavando, siempre tallando,
siempre tendiendo, siempre atendiendo
Me pregunto a qué hora de todas las horas eres tú la mujer que tú eres
Desde un quinto piso te puedo mirar y sentir como lavas las letras que van transcurriendo
Todas ellas son tuyas, pero tú lo ignoras, sólo lavas y lavas y lavas
Lavas la ropa como si el cielo apurara impaciente tus brazos, como si el manto del
alba esperara el color que tus manos restriegan
La indiferencia del mundo recae en tus ojos y tú la humedeces totalmente estoica
Tu detergente es tu humilde mirada, la indiferencia es la mugre que cae por los caños
Tintorería es más que un sueño
Te miro y mis ojos jabonan la lluvia de la misma manera que enjuagas tus sueños
Confieso que duele observarte, pero confieso también que este pecho se colma de
todas las flores, de todas las nubes y todos los nidos que lavan tus manos
A ti, incansable mujer que destellas la piedra, que en cubetas opacas deshaces deseos y sudores dedico el dolor de estos ojos
Porque tú eres la causa del sueño arruinado, pero también el torrente de afán que depura molicies. La indiferencia no agrede tu espalda.
A ti y a esa anciana que sé que bendice su harina dedico los fuegos que hornean los
sentidos
Y a ti que posees este río de palabras, a ti te pregunto:
¿A quién le dedicas un trozo de dicha? ¿Quién te merece soñar que le extirpas la
roca y el sol y permutas un rostro de arrugas y esmero por dos realidades?
Una lavadora y una secadora cuyos motores provean de un instante para contemplar la lluvia
Ahora voy a dormirme, la indiferencia pulula lejana
jueves, 6 de agosto de 2009
I-pod
En ti cabe el luto del sol y el folclor del silencio
La geometría del fulgor nos devora el espacio
Cada canción puebla un átomo hueco en que
cabe una estrella y tres cielos vacíos
En catatónica luz tu silueta comprime la voz de
un mar quieto y el eco de un rayo
En densidad de diamante congelas la luna
Tu amplitud la delinean seis mares gemelos y
un solo horizonte
Te has tragado a la chispa en mandíbulas novas
Pero también a la voz y al clavel de los llantos
En tu capullo podrás contener tu murmullo de
plata y tu aliento de nubes
Pero nunca tendrás la butaca de un alma apuntando
a tu hoguera
Y desde luego jamás el asomo a un santuario de
perlas o a la absoluta bondad de un aguja
girando en el surco oscilante de un
disco de antaño
miércoles, 5 de agosto de 2009
Shenandoah
Maldita luz que
Has llegado
Luz destructora
De todo castillo
Que en ti
Oscuridad
He fundado
Pero bendita
Tu mano que
Alumbra el
Lugar
Donde no había
Castillos y
No había
Existencia
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