jueves, 3 de julio de 2008

Lectura obligada



De nuevo me ha atrapado la prosa sabrosa que teje en sus novelas el autor de “La sombra del viento”, me refiero al escritor barcelonés Carlos Ruiz Zafón. No es golpe de suerte que ese bestseller haya de pronto superado los 10 millones de ejemplares vendidos, sino el mérito absoluto de un escritor que ha sabido tejer las palabras empleando unos ganchos de tinta divina que hace crochet las palabras y envuelve al lector en un suéter que súbitamente se convierte en un ropaje predilecto.
Ruiz Zafón tiene el toque de magia exclusivo que ofrenda tan sólo a unos pocos la signora bella que simboliza la literatura.
Ahora que tengo en mis manos “El juego del ángel” he descubierto desde la página 1 que ya no podré despegarme hasta posar mi mirada en la 667. Así de exquisita es la obra que ofrece Zafón en su saga sustentada en personajes que pueden mirarse y oírse y tocarse. De pronto uno vuelve a perderse en la densa penumbra del hálito añejo que da el reencontrarse con el ya legendario Cementerio de los libros olvidados.
“El juego del ángel” convida a su hechizo, tantos elogios no pueden ser gratis, su lectura se funda en un tiempo que borra el deseo de adelgazar el grosor de unas páginas plenas de encanto.
Las horas se pierden en un laberinto que bien nos las trueca por tramas, recuerdos, historias, amores, conflictos, pasiones, deseos, visiones y espíritus grises. Todo en un ambiente que revuelca la paz y la guerra y confunde el latido y la sangre en el pecho de un lector que ya no late en sí mismo sino dentro de la humanidad expelida por el cuerpo de los personajes.
No voy a incurrir en el truco de darles fragmentos, mejor los invito a que adquieran “El juego del ángel”, pero antes: por favor, lean “La sombra del viento” y no se sorprendan si nunca lo olvidan.

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