Querida Kitty:
Anoche fue como el amanecer
Triste, como esa tristeza de los seres libres
Densa, como la pólvora negra que invade las calles
A veces dibujo paisajes de soles para poder alumbrar
la penumbra que siento por dentro
Otras noches bosquejo las flores y se me inundan los
ojos de lágrimas
Pero siempre me estoy preguntando: ¿Dónde estarán
refugiadas las rosas?
Margot las ha visto en sus sueños y llora una etérea
fragancia que invade el encierro
Puedo escuchar sus suspiros, y al hacerlo, puedo mirar
a través del respiro las noches pasadas
Sé que no he pecado y sin embargo he nacido en un tiempo
en que el odio es virtud del tirano y las balas
Dice mi padre que somos humanos, dice mi encierro
que no, que soy de una estirpe marcada con sangre
Cada día me arrebata lo que no he vivido
Cada ruido de guerra me priva del juego y de todas
las cosas que ofrece estar viva
No quiero morirme
Quiero volver a cruzar por las puertas y entrar a
las calles y entrar en las risas
Voy a decirte un secreto:
A veces cuando duermen me deslizo a la ventana
Cruzo despacio a través de mi miedo y encuentro un
pequeño resquicio en la lóbrega tela
Entonces me asomo, y al hacerlo, siento que atisbo en
los ojos del diablo
Dicen mis dudas que el diablo no existe, dice mi
encierro que sí
Tengo todos los años dispuestos al frente y
qué importa, cierro los ojos y vuelvo a nacer y es
el mismo destiempo y las mismas cenizas
Sin embargo tengo todos los motivos para abrirlos
Y no siempre estoy triste, hay momentos en que
encuentro los recuerdos y aroman de luz este
encierro y me traen las muñecas que
ostento en mis sueños
Sin embargo ya no sueño
Nadie sueña en estas ruinas, el blindaje de la
guerra los captura
Hace prisionero nuestros sueños, cada sueño es
numerado, cada sueño es torturado
Cada sueño es estampado con la estrella infortunada
¿Cómo revivir los sueños muertos? ¿Cómo saber dónde
están refugiadas las rosas?
— ¿Quieres que te diga otro secreto? Sueño cuando
escucho los sonidos de mis venas
Pero sólo murmuros de amor que despiertan, lo demás
es el silencio, y esa cigarra inmutable del
ruido de guerra
Día a día las orugas de los tanques destrozan en
mí la ilusión de otro mundo
Voy a decirte un secreto que nunca pensé revelarte:
Hoy que vi a Peter miré que sus venas son rutas de
escape
Deseé de pronto sentirme abrazada por esos
pasillos repletos de vida
Peter tiene diecisiete, pero sus años no importan
Hace mucho que los años se murieron
Hemos aprendido a no llorar por cosas vanas
Dice mi rostro que soy una niña, dice el encierro
que soy sólo un rostro
Ayer, antes de que entrara la GESTAPO por
nosotros, ambos lanzamos al cielo dos albas
palomas y en ellas sembramos los sueños
Claro que fue sólo un sueño; luego esparcimos el
mapa del mundo buscando el refugio de los besos y
las rosas
Tomamos simultáneamente el mundo con las almas en
las manos, y antes del golpe del hierro en la
puerta, con el aura de los labios nos dimos el
beso que nunca nos dimos
La puerta se abrió con violencia y el mundo jamás
nos mostró ese refugio
— ¿Cómo encontrarte, Peter? ¡¿Dónde te busco?!
Pero ya no hubo respuesta, un poco después morimos
Y encontramos el refugio de las rosas
domingo, 31 de agosto de 2008
Prohibido olvidar a Ana Frank
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Gracias de nuevo, Fausto.
ResponderEliminarYa son varias las ocasiones en que tu poesía me ha conmovido. En este caso aún más, si cabe, ya que hace apenas un mes leí el Diario de Ana Frank. Me parece estar leyendo otra de sus cientos de cartas a su amiga imaginaria. La misma voz, pero con una nueva melodía, la de la poesía.
Espero que nos brindes muchos momentos como este. Gracias, de nuevo.
Se me eriza la piel. Al recordar la tristeza que causa una adolescencia perdida, como la de AnaFrank, y leer tu poema inspirado en ella, no puedo menos que sentirme conmovida, y al entonarla se me eriza la piel y me mueve al llanto, porque remueve dolencias similares de esa época de la vida, aunque en circunstancias diferentes, talvez no tan crueles e inhumanas, pero no por ello menos emotivas y penosas, porque en el fondo todos tenemos la misma historia: "adolecer la adolescencia". AY!
ResponderEliminarHola Fausto, he escuchado hablar de Ana franK, pero la verdad no he leido el libro,con este hermoso poema, me dieron ganas de leerlo, escribes con mucha sensibilidad, me encanta la poesìa, muchas gracias por haberlo compartido.
ResponderEliminarUn abrazo.
Darnely.
Cuánta sensibilidad muestras en este envío, siempre admiré a esa niña Ana Frank, volví a leer una y otra vez ese conmovedor diario. Una vez alguien me mostró sus fotografías que habían salido en la revista Life de antaño cuando aún era libre, se veía tan tierna.
ResponderEliminarGracias por compartir tu envío.
Un saludo, Mariane.
Excelente Fausto, creo que lograste introducirte en el alma de Ana Frank, captando su más sutil esencia. Es una lectura que arrebata tiernamente trozos de corazón, ese que luego rearmamos en el refugio de las rosas.
ResponderEliminarCariños. Clarice.
oseaaaaaaaaaaaaa ana no era una niña xcomo aparentaaaaaa parese q tuviera mas edad
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