domingo, 31 de agosto de 2008

Prohibido olvidar a Ana Frank


SUEÑOS MUERTOS
(Una página ficticia en el diario de Ana Frank)


Querida Kitty:

Anoche fue como el amanecer

Triste, como esa tristeza de los seres libres

Densa, como la pólvora negra que invade las calles

A veces dibujo paisajes de soles para poder alumbrar

la penumbra que siento por dentro

Otras noches bosquejo las flores y se me inundan los

ojos de lágrimas

Pero siempre me estoy preguntando: ¿Dónde estarán

refugiadas las rosas?

Margot las ha visto en sus sueños y llora una etérea

fragancia que invade el encierro

Puedo escuchar sus suspiros, y al hacerlo, puedo mirar

a través del respiro las noches pasadas

Sé que no he pecado y sin embargo he nacido en un tiempo

en que el odio es virtud del tirano y las balas

Dice mi padre que somos humanos, dice mi encierro

que no, que soy de una estirpe marcada con sangre

Cada día me arrebata lo que no he vivido

Cada ruido de guerra me priva del juego y de todas

las cosas que ofrece estar viva

No quiero morirme

Quiero volver a cruzar por las puertas y entrar a

las calles y entrar en las risas



Voy a decirte un secreto:

A veces cuando duermen me deslizo a la ventana

Cruzo despacio a través de mi miedo y encuentro un

pequeño resquicio en la lóbrega tela

Entonces me asomo, y al hacerlo, siento que atisbo en

los ojos del diablo

Dicen mis dudas que el diablo no existe, dice mi

encierro que sí

Tengo todos los años dispuestos al frente y

qué importa, cierro los ojos y vuelvo a nacer y es

el mismo destiempo y las mismas cenizas

Sin embargo tengo todos los motivos para abrirlos

Y no siempre estoy triste, hay momentos en que

encuentro los recuerdos y aroman de luz este

encierro y me traen las muñecas que

ostento en mis sueños

Sin embargo ya no sueño

Nadie sueña en estas ruinas, el blindaje de la

guerra los captura

Hace prisionero nuestros sueños, cada sueño es

numerado, cada sueño es torturado

Cada sueño es estampado con la estrella infortunada

¿Cómo revivir los sueños muertos? ¿Cómo saber dónde

están refugiadas las rosas?



— ¿Quieres que te diga otro secreto? Sueño cuando

escucho los sonidos de mis venas

Pero sólo murmuros de amor que despiertan, lo demás

es el silencio, y esa cigarra inmutable del

ruido de guerra

Día a día las orugas de los tanques destrozan en

mí la ilusión de otro mundo

Voy a decirte un secreto que nunca pensé revelarte:

Hoy que vi a Peter miré que sus venas son rutas de

escape

Deseé de pronto sentirme abrazada por esos

pasillos repletos de vida

Peter tiene diecisiete, pero sus años no importan

Hace mucho que los años se murieron

Hemos aprendido a no llorar por cosas vanas

Dice mi rostro que soy una niña, dice el encierro

que soy sólo un rostro

Ayer, antes de que entrara la GESTAPO por

nosotros, ambos lanzamos al cielo dos albas

palomas y en ellas sembramos los sueños

Claro que fue sólo un sueño; luego esparcimos el

mapa del mundo buscando el refugio de los besos y

las rosas

Tomamos simultáneamente el mundo con las almas en

las manos, y antes del golpe del hierro en la

puerta, con el aura de los labios nos dimos el

beso que nunca nos dimos

La puerta se abrió con violencia y el mundo jamás

nos mostró ese refugio

— ¿Cómo encontrarte, Peter? ¡¿Dónde te busco?!

Pero ya no hubo respuesta, un poco después morimos

Y encontramos el refugio de las rosas

6 comentarios:

  1. Gracias de nuevo, Fausto.
    Ya son varias las ocasiones en que tu poesía me ha conmovido. En este caso aún más, si cabe, ya que hace apenas un mes leí el Diario de Ana Frank. Me parece estar leyendo otra de sus cientos de cartas a su amiga imaginaria. La misma voz, pero con una nueva melodía, la de la poesía.

    Espero que nos brindes muchos momentos como este. Gracias, de nuevo.

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  2. Se me eriza la piel. Al recordar la tristeza que causa una adolescencia perdida, como la de AnaFrank, y leer tu poema inspirado en ella, no puedo menos que sentirme conmovida, y al entonarla se me eriza la piel y me mueve al llanto, porque remueve dolencias similares de esa época de la vida, aunque en circunstancias diferentes, talvez no tan crueles e inhumanas, pero no por ello menos emotivas y penosas, porque en el fondo todos tenemos la misma historia: "adolecer la adolescencia". AY!

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  3. Hola Fausto, he escuchado hablar de Ana franK, pero la verdad no he leido el libro,con este hermoso poema, me dieron ganas de leerlo, escribes con mucha sensibilidad, me encanta la poesìa, muchas gracias por haberlo compartido.
    Un abrazo.

    Darnely.

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  4. Cuánta sensibilidad muestras en este envío, siempre admiré a esa niña Ana Frank, volví a leer una y otra vez ese conmovedor diario. Una vez alguien me mostró sus fotografías que habían salido en la revista Life de antaño cuando aún era libre, se veía tan tierna.
    Gracias por compartir tu envío.
    Un saludo, Mariane.

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  5. Excelente Fausto, creo que lograste introducirte en el alma de Ana Frank, captando su más sutil esencia. Es una lectura que arrebata tiernamente trozos de corazón, ese que luego rearmamos en el refugio de las rosas.
    Cariños. Clarice.

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  6. oseaaaaaaaaaaaaa ana no era una niña xcomo aparentaaaaaa parese q tuviera mas edad

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