jueves, 25 de septiembre de 2008

Caja de música


Mírate entonces
Deshojándote toda en ti misma en mis manos
Yo sosteniendo el otoño
Sujetando tus suspiros
Correteando tus labios revueltos de besos y
Pies infantiles
Tu aliento pequeño, distante, como caja de música nunca escuchada
Cómo no abrir la sensual bailarina
Ver en sus ojos la espada brillante
Ver la benigna silueta virar poesía
Cómo no abrir su mirada tan triste
Ya es plenilunio en el mes que más quiero
Ya el aire es silencio y te trae a mis brazos
No cierro los ojos, no vuelvo al olvido jamás un instante
Abro la caja de bosque y madera lejana
Cruje quizás el barniz o las hadas curiosas
La sombra del tiempo se monta en carrozas de lentos caminos
Canta el silencio sus odas más blancas
Vuelve la flor a dotarte de encanto
Abro la tapa y de pronto apareces
Nada transcurre a través de las almas
Arde en mil soles la música eterna
Todo es aroma y un rojo y un canto imposible
Ya no reacciono
Simplemente me pierdo en tu bosque lejano y me olvida el olvido

5 comentarios:

  1. Una evocación nostálgica que me hizo cerrar los ojos para recrear sublimes instantes, que estaban encerrados en un cofrecito hecho de láminas del recuerdo.

    Un beso, Marta Eugenia.

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