jueves, 26 de junio de 2008

POEMA


NEW'S DIVINE

Uno no viene a una fiesta a morirse,
viene a ser joven,
totalmente joven.
Es sólo un espacio el que ocupa mi cuerpo,
un sueño con brazos, con tronco, con piernas,
con una cabeza repletas de estrellas.
Es sólo suspiro el vaivén de mis ojos,
praderas de anhelos ya nunca en cosechas.
Hace unos minutos reinaba mi risa,
mi grito lozano era el eco de paz
propagando mi idioma de guerra.
Todo en rededor vibraba, mi sangre, mi pecho,
mi potro escarlata corriendo en mis años.
¡Qué inmensa es la asfixia!
¡Qué inmensa es la nada que extingue las voces!
Las alas del alma no traen mi sonrisa, ya estoy apagado,
soy huesos, soy muerte, soy juventud arrancada de tajo.
Me observo a lo lejos, no sé si hay un túnel,
no sé andar sin cuerpo, no entiendo, no río, no vibro,
no siento mi boca, no escucho mis propios deseos.
¡Qué horrible la asfixia!
¡Qué doloroso amputarse del tiempo!
Ahora soy joven ya inerme,
totalmente inerme.
No vine a morirme, lo juro, vine a ser joven,
vine a ser esa locura que suele invadirme,
vine a ser joven por siempre aunque dure un momento.
Hace un instante era eterno,
ahora el instante es un soplo en mi vela.
¡Ay, juventud me has dolido!

Cuánto recuerdo propaga mi asfixia,
cuánta vejez ahora adeuda el recuerdo.

Fausto Vonbonek (Junio 26 de 2008)



Fotos: La Jornada.

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