ANTES DE APAGAR LA LUZ
Los niños despiden el día,
y al verlos ya inermes,
desnudos del sol de sus voces,
envueltos en mantas,
caemos de nuevo en la cuenta que fuimos
severos y adultos con ellos.
Entonces, con plena nostalgia,
besamos su piel y cabello en descanso,
sentimos lo terso en sus dóciles sueños,
una ola interior se remueve en nosotros,
una gaviota de paz atraviesa el respiro
que mueve sus cuerpos.
Y antes de apagar la luz,
en plena conciencia del caos planetario,
sólo imploramos la suave ilusión
del perdón de sus almas.
Los niños despiden el día,
y al verlos ya inermes,
desnudos del sol de sus voces,
envueltos en mantas,
caemos de nuevo en la cuenta que fuimos
severos y adultos con ellos.
Entonces, con plena nostalgia,
besamos su piel y cabello en descanso,
sentimos lo terso en sus dóciles sueños,
una ola interior se remueve en nosotros,
una gaviota de paz atraviesa el respiro
que mueve sus cuerpos.
Y antes de apagar la luz,
en plena conciencia del caos planetario,
sólo imploramos la suave ilusión
del perdón de sus almas.
Fausto Vonbonek (Junio de 2008).
Muy lindo tu poema, cierto y con mucha ternura . Me ha gustado mucho sinceramente.
ResponderEliminarUn beso... Mavila
Fausto, quiero saber todo del poeta, más allá del hombre, te admiro
ResponderEliminar