martes, 1 de septiembre de 2009

SUEÑOS MUERTOS



SUEÑOS MUERTOS
(Una página ficticia en el diario de Ana Frank)


Querida Kitty:

Anoche fue como el amanecer.
Triste, como esa tristeza de los hombres serios.
Densa, como la pólvora negra que invade las calles.
A veces dibujo paisajes de soles para poder alumbrar la
penumbra que siento por dentro.
Otras noches bosquejo recuerdos y se me inundan los
ojos de lágrimas. ¡Por favor no le digas a nadie!
Ahora que estoy aquí adentro y desgarro el encierro me
invaden preguntas. Ahora mismo me estoy preguntando
si afuera aún rosas.
¿Dónde estarán refugiadas las flores?
Margot las ha visto en sus sueños y llora una etérea
fragancia que invade el enclaustro.
Puedo escuchar mis suspiros, y al hacerlo, puedo mirar
a través de mis ojos quién es quien me habita.
Sé que no ha habido un pecado en mi vida que encause
estos tapias, y sin embargo he nacido en un tiempo
en que el odio es virtud de los héroes más fatuos.
¿Cambiarán más delante los hombres?
¿Dónde estarán refugiadas las flores?
Dice mi padre que somos humanos, dice mi encierro que no,
que soy de una estirpe marcada con sangre.
Cada día me arrebata lo que no he vivido.
Cada ruido de guerra me priva del juego y de todas las cosas
que ofrece estar viva.
No quiero morirme.
Quiero volver a cruzar por las puertas y entrar a las calles y
entrar en las risas.
Ay, como extraño una risa profunda.
―Voy a decirte un secreto:
A veces, cuando todos ya duermen, me escurro en silencio hasta
ver la ventana.
Cruzo despacio a través de mi miedo y encuentro un pequeño resquicio en la lóbrega tela.
Entonces me asomo, y al hacerlo, siento que atisbo en los ojos del diablo.
Dicen mis dudas que el diablo no existe, dice mi encierro que sí.
Tengo todos los años dispuestos al frente y qué importa, cierro los ojos y vuelvo a nacer y es el mismo destiempo, y las mismas cenizas.
Sin embargo tengo todos los motivos para abrirlos.
Y no siempre estoy triste, hay momentos en que encuentro
memorias que aroman de luz este encierro y me traen las
muñecas que ostentan mis sueños.
Sin embargo ya no sueño.
Nadie sueña entre ruinas oscuras, el blindaje del miedo
captura uno a uno los sueños humanos.
La guerra también aprisiona ilusiones, cada deseo es
numerado, cada suspiro que emana del alma es llevado
a esos campos que apilan infiernos.
Cada brazo de un sueño es marcado con signos que llegan al
hueso.
¿Cómo encontrar el santuario en que duermen las flores?
¿Cómo saber si al abrirse están libres del odio?
— ¿Quieres que te diga otro secreto?
Logro soñar a través de mis venas.
Pero sé que son sólo ilusiones, murmullos de amor que
reclaman un beso, lo demás es silencio, y esa cigarra impasible del
ruido de guerra.
Irreductibles los tanques destrozan lo poco que ostento.
Sé que nací en este mundo en un tiempo imperfecto, pero sé que después de sumar los horrores habrá paz eterna. Después de esta guerra no puede haber otra. No, no puede haber otra. Las flores merecen abrirse sin miedo.
―Voy a decirte un secreto que nunca pensé revelarte:
Hoy que vi a Peter miré en su entrecejo una ruta de escape.
De pronto sentí un gran deseo de ser abrazada.
Peter tiene diecisiete, pero sus años no importan.
Hace meses que el tiempo murió en nuestros años.
He aprendido a llorar sin verter hacia afuera una gota de estruendo.
Dice mi rostro que soy una niña, dice el encierro que soy sólo un rostro semita.
Supongo que afuera aún hay flores.
Ayer, antes de ver la GESTAPO irrumpiendo el refugio,
antes de ser corazones sin cuerpos, lancé diez palomas al cielo y en ellas mis sueños.
Claro que sólo fue un sueño.
Peter y yo contemplamos un mapa deseando vivir un instante a manera de humano.
Tomamos simultáneamente el mundo, juntamos las almas, las manos, y antes del golpe del odio en la puerta, con el aura acogida a los labios nos dimos el beso que nunca nos dimos.
La puerta se abrió con violencia y el mundo jamás nos mostró ese refugio.
— ¿Cómo encontrarte una vez ya sin vida? ¡¿Dónde sembrar nuestras rosas?!
Pero ya no hubo respuesta, un poco después morimos.
Y encontramos, por fin, el santuario del alma.

9 comentarios:

  1. ¡Sublime...me dejaste sin palabras!...
    (Estaba en tu sitio mientras colgabas este post)
    Debiera ser un tópico transversal, pero sabemos que aún existen los odios y las intolerancias... y esa nunca fue la última guerra...
    Gracias por tu sensibilidad de poeta y de hombre.
    Dijo Einstein que después de la III Guerra Mundial, la próxima sería con lanzas y flechas.

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  2. Patricia Alcayaga Camarena2 de septiembre de 2009, 3:04

    Es muy sobre cogedor este poema ,"Donde están refugiadas las flores?".........,.sentir el encierro y la nostalgia de no poder estar en la naturaleza............,"Siento el atisbo en los ojos del diablo. Dicen que el diablo no existe, dice mi encierro que si".
    La guerra es una enfermedad que al entrar en los pueblos , destruye el espíritu humano.

    Fausto muy impresionante!

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  3. Excelente! Justo estoy leyendo el Diario de Ana Frank. Realmente, es como si ella lo hubiera escrito. Realmente hermoso, dentro de lo triste de la situación. Felicitaciones. Te sigo leyendo y te invito a mi blog. Saludos :)

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  4. Fausto, sé que Anna Frank es muy especial para ti. Creo que vas a disfrutar esta canción y sus imágenes:
    http://www.youtube.com/watch?v=AH3CRVVBL9o&feature=related

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  5. Me ha fascinado lo que escribes. No soy mucho de poesía, pero amo la belleza y las letras.
    Te invito a que visites mi blog: http://elquintodragon.blogspot.com/

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  6. Emotivo homenaje a Ana Frank.
    A mi también me conmovió : "...¿ Dónde estarán refugiadas las rosas?"
    Tiene razón Myriam : No fue la última masacre......
    Por éso... recordar .. es una manera de resucitar a las víctimas atizando la memoria!

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  7. El otro día pensé que este poema merece estar en el Museo de Ana Frank (U.S.A.) ¿No habría manera de coordinar eso?. Es muy bueno y tiene una afinidad total con el Diario, además que le confiere un carácter de abierto y activo.

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  8. Me encanta la prosa poética y tú lo haces genial!
    Pero este relato mucho más. Es conmovedor hasta los huesos, debe leerse flotando en el aire. Me quito el sombrero por tu prosa también !

    Con tu permiso lo referenciaré en mi face...

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